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Cine en Portugal

Breve historia del Cine portugués

Los orígenes

Normalmente se cita la noche del 18 de junio de 1896 como la primera sesión de cine en Portugal. No se trató de la exhibición de ninguna película portuguesa o rodada en Portugal, sino de una muestra de filmaciones de Edison y de los hermanos Lumière ofrecida en el Real Coliseo de Lisboa por Edwin Rousby, proyeccionista conocido como el “electricista de Budapest” a cargo de la empresa del británico Robert William Paul que construía y comercializaba "teatógrafos", luego "animatógrafos".
En realidad, Rousby se encontraba en España realizando su labor comercial para William Paul. Había realizado proyecciones en Madrid los días 11 y 12 de Mayo y tenía compromisos firmados en Barcelona y en otras capitales como Vitoria. En aquel momento la competencia entre los diferentes fabricantes de aparatos de cine -entre ellos el "Lumiere"- era muy grande y Rousby decidió prolongar su estancia an Madrid, al tiempo que rubricó un acuerdo para presentar el proyector en Lisboa a donde se trasladaría en Junio, incumpliendo sus compromisos en España.
Por lo que se sabe, fue tal el éxito de las primeras sesiones, que éstas se repitieron en diferentes puntos del país, incluyendo escenas portuguesas en sus programas. El rodaje de las primeras imágenes en movimiento de Portugal le fueron encargadas al inglés Harry Short. Algo más de tres meses después de la primera sesión pública de cine, era ya posible ver películas como La Boca del infierno, La playa de Algés durante unos baños, El Mercado de pescado de Ribeira Nova, Una corrida de toros en Campo Pequeño.

No iba a ser necesario esperar mucho tiempo para ver el trabajo del primer operador de cine portugués. Aurelio da Paz dos Reis (1862 – 1931), horticultor y comerciante, aficionado a la fotografía, que había presenciado en varias ocasiones las sesiones de Rousby en el Teatro-Circo Príncipe Real de Oporto, descubría en agosto de 1896 una nueva afición que le habría de convertir en el pionero del cine portugués. Viajó a París para adquirir el material necesario y de regreso con un “kinematógrafo” rodó imágenes que proyectó por vez primera el 12 de noviembre de ese mismo año en la misma sala donde meses atrás había asistido a las sesiones del “electricista” húngaro. En el Programa de la sesión realizada en Braga por Paz dos Reis en Noviembre de 1896 se podía leer: "El Kinematógrafo es una adaptación perfeccionada de los aparatos denominados animatógrafo, cinematógrafo,vitagrafo, etc., que hace menos de un año obtuvieron el mayor de los éxitos en todas las capitales donde se exhibió".

Sus primeros trabajos reflejaban la vida cotidiana, característica de las películas de Harry Short y delataban claramente la influencia de los Lumiere. En realidad, de las filmaciones de Paz dos Reis no queda nada. Esta circunstancia complica el trabajo de establecer su filmografía de modo exacto. Como elemento de referencia se toma uno de los programas de la sesión realizada en el Teatro de san Geraldo, de Braga, entre el 21 y el 23 de Noviembre de 1896. No obstante allí aparezcan algunos títulos, que probablemente Paz dos Reis trajera de Francia, como Manobras dos Bombeiros, Lutadores franceses, Dança serpentina Loie Fuller, etc., estudios realizados por A. Videira, a partir de elementos dispersos, han establecido la siguiente lista: Costumes de Aldeia; Marinha no Tejo, saida de dois vapores; Cortejo eclesiástico saindo da Sé do Porto no aniversario da sagraçao do Eminentíssimo Cardeal D. Americo; A Caninha verde; Braga; Barcelos; Coimbra; A Rua do Ouro; Feira de Sao Bento; Jogo de Pau; Saída do pessoal operário da Fábrica Confiança; Feira de gado na Corujeira, etc.

Tras el éxito en Portugal Aurelio da Paz viajó a Brasil para mostrar la nueva técnica, sin embargo, el poco interés suscitado le desanimó y abandonó la empresa.
En 1898, Manuel Costa Veiga funda la primera empresa dedicada enteramente al incipiente sector de las películas, “Portugal Filmes”, radicada en Algés. La excelente relación de Costa Veiga con la familia real le permitió registrar numerosas escenas con la presencia del rey D. Carlos, así como sus desplazamientos oficiales en visitas de Estado. Las imágenes de la estancia del emperador Guillermo II en territorio portugués fueron un ejemplo de gran éxito comercial al ser distribuidas y exhibidas en numerosos países europeos.




Las primeras producciones

Poco a poco el cine deja de ser considerado un fenómeno de circo, un arte de “ilusionistas” para comenzar a ver reconocida su función social y sociológica. En este sentido, es claro el ejemplo del rey D. Manuel II que al acceder al trono, inesperadamente, por el regicidio de 1908, consciente de que su imagen era poco conocida por el pueblo, aceptó ser rodado con frecuencia por Costa Veiga, especializado en el rodaje de documentales, de cuyos trabajos destacan las imágenes de los viajes reales oficiales a España y Francia.
Este uso del cine como instrumento político es también notable en el documental de 1909 de Manuel Cardoso El cacao esclavo y El trabajo indígena en Santo Tomé, considerado por algunos como la primera película enteramente colonial de todo el mundo. La película intentaba lavar la imagen negativa que holandeses e ingleses daban a la explotación del cacao por los portugueses en Santo Tomé y Príncipe al acusarlos de usar esclavos en la tarea.
Fue en 1909 cuando Manuel Cardoso y João Freire Correia (1861- 1929) fundaron “Portugalia Filmes”, desarrollando un valioso trabajo en el campo del documental al filmar acontecimientos tan diversos como el terremoto de Benavente en abril de ese año, o la proclamación de la República el 5 de octubre de 1910.
Si bien, tímidamente, es durante la primera década del siglo XX cuando el cine portugués da sus primeros pasos en el campo de la ficción. En 1907 el actor Lino Ferreira incluye en la revista que representa Ó da Guarda una corta filmación El rapto de una actriz que combinaba la representación teatral con la imagen registrada en una original experiencia precursora de los espectáculos multimedia.



El gran éxito de la primera cinta de acción en todo el mundo, The great train robbery, cuyo principal personaje era el legendario Jesse James, generó la idea de hacer algo semejante en Portugal basándose en una figura mítica del país, el “Temible” bandido Diogo Alves. El proyectó se concretó en 1911 con el estreno de la película de João Tavares (1883-1971), que alcanzó un estruendoso éxito y pronosticó una brillante carrera comercial para su autor.
También fue significativo el éxito comercial de Reina después de muerta, de 1910, película histórica realización del actor Carlos Santos (1871-1949), basada en la legendaria historia de amor entre D. Pedro I e Inés de Castro.
Las dificultades económicas con que se encontraría la República en su primer lustro y la participación de Portugal en la I Guerra Mundial junto a los Aliados supondría un parón en el desarrollo de la industria cinematográfica, periodo durante el cual la producción fue muy reducida y de escaso interés. Solamente la creación de los Servicios Cinematográficos del Ejercito, encargada de documentar la participación portuguesa en el conflicto, dinamizó la producción de películas y desarrolló en ciertos aspectos las técnicas de rodaje.

En 1918 José Leitão de Barros, periodista y profesor de matemáticas, realiza Mal de España y “Malmequer”, revelando gran procupación estética y usando por vez primera en Portugal la técnica del “tintado”, consistente en pintar algunos metros de película de determinados colores, con el objeto de transmitir así los sentimientos de los personajes o, simplemente, para marcar la distinción entre la noche y el día. Leitão de Barros proyecta una tercera película de El hombre de los ojos torcidos, que no se llega a concretar debido a que las estructuras de producción en Lisboa aún están lejos de proporcionar la capacidad de continuidad requerida en el cine.

La situación para la fecha es bien distinta en Oporto, donde el año 1917 marcó el renacimiento de una empresa cinematográfica que había comenzado su actividad cinco años antes de forma bastante insegura.

Invicta Filmes, fundada en Oporto en 1912, en los inicios de la República por Alfredo Nunes de Mattos, pasará de la producción de pequeños documentales como Exercícios dos Bombeiros Municipais do Porto; Monoplano “Commet”; Festas da Aviação em 1912; Visita ao Porto do Presidente da República o Exercícios de Artilharia, de 1914; Chaves, Incursões Monárquicas; Naufrágio do “Silurian”; Plácido Abreu treina-se y Expedição Militar a Angola, un año después; Expedicionários em Campanhã, de 1917, y humorísticos como Frei Bonifacio, a poseer el más completo estudio de cine de toda la Península Ibérica. Aunque la empresa dependía técnicamente del trabajo de extranjeros, particularmente franceses, los temas de sus películas fueron siempre portugueses, centrándose en la literatura nacional del siglo XIX.


La década de los 20

El paso de la década de 1910 a 1920 fue notable con la realización de las novelas La rosa del Atrio, de Manuel María Rodrigues (1847-1899), Los Hidalgos de la Casa Morisca, de Julio Dinis (1839-1871), Amor de Perdición, de Camilo Castelo Branco (1825-1890) y El Primo Basilio, de Eça de Queiroz (1845-1900). Los resultados de estas películas, firmadas por el francés Georges Pallu, dividieron a la crítica, que no siempre supo huir a la tentación de comparar las producciones portuguesas con las procedentes de cinematografías más desarrolladas.
La década de los 20 trajo otro género de películas, de carácter melodramático, donde la descripción de ambientes, básicamente rurales, es más relevante que el argumento. El Italiano Rino Lupo firmará dos obras que conocerán el éxito internacional: Mujeres de Beira, de 1921, y Los lobos, de 1923. El primero realizado para Invicta Filmes, que acabó por ser vencida y cesó en su actividad en 1924; el segundo para Iberia Filmes.
La escasez del mercado nacional, los condicionamientos en la distribución, donde las películas extranjeras ocupaban un lugar preferente, y los costes excesivos de algunas producciones, llevarán a que el llamado “ciclo de Oporto” llegue a su fin y a que el cine portugués entre en una fase de estancamiento.
En mayo de 1926 tiene lugar un golpe militar que acabará por constituir el inicio de un periodo de dictadura al que sólo pondrá fin otro golpe, en 1974. Durante este periodo en el que la censura domina el ámbito de la cultura y de la creación hay que destacar la figura de Reinaldo Ferreira (1897-1937), periodista muy relacionado con ambientes de cierta marginalidad que, en 1927 con sus películas Rito ou Rita?, Vigário Foot-Ball Club, Hipnotismo ao Domicílio y, sobre todo, O Táxi 9297 dio un soplo de originalidad al cine portugués.

Los trabajos de mayor interés de finales de los años 20 tienen la firma de Leitão de Barros, que tras un “interregno” cinematográfico, durante el cual se dedicó al teatro, reapareció con tres brillantes realizaciones, que podría decirse, cierran con llave de oro el periodo de cine mudo portugués.

Nazaré, playa de pescadores, de 1927, combina de modo admirable el espacio geográfico con los sentimientos y las emociones de la comunidad de pescadores. En esta película, Leitão de Barros juega brillantemente con las posibilidades estéticas del blanco y negro, relacionando la claridad a las casas, a la arena de la playa y al cielo, y el negro a las ropas de los pescadores y a las redes.
Dos años después en Lisboa, crónica anecdótica, Leitão recurre a nombres conocidos del teatro de revista portugués para retratar la vida cotidiana de la ciudad.
En 1930, para Maria do mar, Leitão de Barros optó esencialmente por trabajar con actores aficionados y habitantes de Nazaré, con el propósito de dar mayor realismo a las escenas de una película que combina la ficción con el documental.
Muy influenciado por el cine soviético, el director utiliza grandes planos y “dibuja” los personajes con un sentido estético y una sensualidad raros en el cine portugués e incluso en el internacional de aquella época. La vanguardia intelectual se va dejando seducir y cada vez es mayor su apoyo al arte del cine, sobresaliendo los artículos que publica la revista literaria Presença, en especial los firmados por el escritor José Regio (1901-1969).


Aparición del cine sonoro en los años 30

Los años 30 llevaron a Portugal la novedad del cine sonoro. Al inicio de la década los actores y técnicos portugueses se desplazaban con regularidad a París para realizar las versiones portuguesas de los grandes éxitos norteamericanos. La calidad era obviamente inferior a la de los originales, pero los rendimientos económicos no eran nada despreciables, pues las versiones no sólo eran exhibidas en Portugal también en Brasil, donde el cine portugués gozaba de gran aceptación popular.
La primera producción sonora portuguesa no tardó en realizarse.
Leitão de Barros, que se mantiene en primera línea del cine nacional propone llevar a la pantalla grande una pieza de Julio Dantas, fechada en 1901, que narraba la historia de amor (según parece real) entre un noble, el marqués de Marialva, y una meretriz de nombre María Severa Onofriana, que se tornaría figura legendaria por haber llevado el fado, forma musical asociada a las clases más bajas e incluso a la marginalidad, a los salones de la nobleza. Como ningún estudio portugués poseía condiciones técnicas apropiadas para rodar con sonido, La Severa tiene las escenas exteriores rodadas en Portugal y las interiores en París. La sonorización se hizo en París. El éxito de público y crítica fue tal que desde ese momento se iniciaron proyectos para crear instalaciones que permitieran el rodaje de películas sonoras en territorio portugués.

Dado que no todos los cineastas portugueses podían permitirse salir del país para buscar los elementos técnicos necesarios se continuaba a rodar cine mudo, en general de escasa originalidad y limitada aceptación de público y crítica. Una excepción, a nivel artístico lo encontramos en el cortometraje Duero, faena fluvial exhibido junto con La Severa con motivo del V Congreso Internacional de la Crítica celebrado en Lisboa en 1931. Su autor se estrenaba en la realización, si bien ya había tenido contactos con el cine como actor. Venía de Oporto y su nombre era Manoel de Oliveira. Con su documental sobre la actividad del pescador de ribera Oliveira vendría a conocer lo que ha sido una constante durante toda su larga carrera cinematográfica: dificultad de aceptación del público portugués y amplio reconocimiento por parte de la crítica internacional.
En 1932, se inician los trabajos de montaje de los estudios Tobis Portuguesa, apertrechados en gran medida con material llegado de Alemania, de la empresa Tobis Klang Film. Será ahí, antes incluso de que estuvieran totalmente acabados, donde se rodará la primera película sonora enteramente rodada en Portugal. Su director será un arquitecto de renombre, conquistado por el arte del celuloide, que sólo ahora alcanzará mayor notoriedad en ese medio: José Cottinelli Telmo (1897-1948). En el rodaje de La canción de Lisboa participaron nombres relevantes de la cultura portuguesa, como el escritor José Gomes Ferreira (1900-198 ), que participó en el montaje, el pintor Carlos Botelho (1890-1982), ayudante de dirección, y Almada Negreiros, que elaboró dos carteles. Para el elenco fueron invitados algunos de los actores de teatro más célebres del momento, algunos de los cuales se convertirían en mitos, como Antonio Silva (1886-1971), Vasco Santana (1898-1958), Beatriz Costa (1907-1996) y Teresa Gomes (1883-1962). Todos tenían experiencia en el teatro de revista, por lo que cantaban, improvisaban y tenían un registro de humor popular que la película evidencia con diálogos vivos y repletos de doble sentido, una de las técnicas de humor de la revista “a la portuguesa”.

E n la década de los 30 la subida al poder del Partido Nacional Socialista Alemán de Hitler, llevó a Portugal a algunos actores y técnicos alemanes que huían de la situación en su país. La incipiente industria cinematográfica portuguesa, si no al mismo nivel que la alemana, al menos permitió que se adaptasen desarrollando una actividad profesional dentro del mismo área. El primer filme resultante de la colaboración entre alemanes emigrados y portugueses fue Ganado bravo (1934), dirigida por António Lopes Ribeiro (1908-1995). Los técnicos alemanes introdujeron un mayor aprovechamiento de los exteriores y una claridad en la imagen que el sol de Portugal en ocasiones complicaba, al hacer demasiado duras las sombras que los complementos de atrezzo, vestuario o del decorado (sombreros, ramas de los árboles, etc) producían en el rostro de los actores. Ganado bravo consiguió la acogida de público necesaria para mantener activos a los profesionales alemanes, que a raiz de este filme participaron en casi la totalidad de las películas rodadas durante la década.


La variedad de los años 30

Lentamente, el cine portugués se fue caracterizando por una cierta regularidad en su producción. A pesar de que no podían esperarse grandes beneficios, debido a las especificidades geográficas y económicas del país, no hay que olvidar que siempre se contó con el mercado de Brasil, en donde el cine portugués gozaba de gran reputación,lo que le reportaba notable éxito comercial. En 1936 se dio el caso de la película Bocage, firmada por Leitão de Barros que, de ser un fracaso en Portugal, acabó por ser rentabilizada gracias a su éxito en Brasil.

La década de los 30 se distinguió además por la producción de películas de muy diferentes estilos, si bien en muchos de ellos se resaltaba el carácter “auténtico” de la vida rural frente a la artificialidad de la vida urbana, como muestra de los valores ensalzados por el régimen autoritario de Antonio de Oliveira Salazar (1889-1970). Esa apología de los valores “más puros” se encuentra en dos películas de referencia de esta fase, todavía inicial, del cine sonoro portugués: María Papoila y Canción de la tierra . La primera dirigida por Leitão de Barros y protagonizada por una brillante y jovencísima Mirita Casimiro (1918-1970), en el papel de una criada llegada de provincias a la capital. La película inevitablemente concluye con el regreso de la criada a la vida sencilla de su pueblo que preferirá a la artificiosidad de las relaciones humanas y del ambiente cosmopolita de Lisboa. Gracias al éxito de Canción de Lisboa , las producciones que la siguieron solían incluir canciones, muchas veces fuera de contexto, lo que a la larga acababa por desequilibrar su estructura narrativa.
Resulta difícil clasificar el estilo de La canción de la tierra, de Jorge Brum do Canto (1910-1994), relizada en 1937 en la isla de Porto Santo ( Madeira). En realidad, se trata de uno de los filmes más complicados de etiquetar en términos de género de toda la cinematografía portuguesa. Y también uno de los más interesantes.

En 1928, profundamente influido por la estética ligada a la danza, Brum do Canto había dirigido La danza de los paroxismos, que lo mostraba ya como uno de los directores de cine menos convencionales. La canción de la tierra se mantuvo fiel a las expectativas y no defraudó. Teniendo como punto de partida una vulgar historia de amor, la película muestra claramente las difíciles condiciones de vida de los isleños, sujetos a largos periodos de sequía y eternamente condenados a la emigración. Las imágenes tienen una fuerza inusitada con escenas de gran intensidad dramática.
No obstante, el género preferido seguía siendo la comedia, representada en la pantalla por actores de teatro conocidos que encarnaban a tipos populares con los que el público se identificaba.
Una de las comedias más populares de la historia del cine portugués es La aldea de la ropa blanca, de de Chianca de Garcia (1898-1983), que ya había rodado otras dos películas sonoras El trebol de cuatro hojas y La Rosa del Atrio. Rodada en 1938 en los alrededores de Lisboa, fue el resultado de la combinación feliz de un buen trabajo de planificación del escritor José Gomes Ferreira y del montaje del propio Chianca de García, sin olvidar las excelentes interpretaciones del elenco de actores, encabezado por Beatriz Costa.
Los éxitos de los años 40

En el inicio de los 40 el cine vive un momento de gran creatividad y éxito, acentuándose la variedad de géneros que ya se había visto en la década anterior.
De nuevo destaca la producción de comedias, y será en esta década cuando se realicen algunos de los mejores trabajos del género. António Lopes Ribeiro realiza em 1941 El padre tirano y su hermano Francisco Lopes Ribeiro (1911-1984), también actor, El patio de las cantigas. Dos años después es el momento de Arthur Duarte (1895-1982), que había trabajado en los estudios alemanes de la UFA, al adaptar para el cine la obra “O Costa do Castelo”. Hay que decir, que muchas de las producciones de la época eran adaptaciones de obras de teatro ya representadas y, por lo tanto, conocidas y aplaudidas por el público. Así pasaría con dos clásicos de la comedia portuguesa: La vecina de al lado (1945), de Lopes Ribero, y El león de la Estrella (1947), de Arthur Duarte.

Dos películas más, de principios de los 40, se sitúan entre los clásicos del cine portugués. Se trata de Aniki-Bobó, primer largometraje de Manoel de Oliveira y Ala arriba, una realización de Leitão de Barros ambientada en el seno de la comunidad pescadora de Póvoa de Varzim.
Aniki-Bobó, primer largometraje de Manoel de Oliveira, producido por António Lopes Ribeiro, tenía la particularidad de tener como protagonistas a niños de la zona de la ribera de Oporto, que vivían el mundo de los adultos como un juego (el título está sacado de una cantinela que se usaba en el juego de “policías y ladrones” para elegir a los componentes de cada equipo), en el que el miedo era el principal enemigo. El público no acudió a ver esta película diferente (para algunos exponente del cine neo-realista), que curiosamente obtendría veinte años después, el Diploma de Honor del II Encuentro de Cine para la Juventud de Cannes, en 1961. Anteriormente, al poco tiempo de su finalización, Ala arriba, había sido premiada, siendo la primera película portuguesa que recibía un premio internacional, en este caso la Copa Volpi de la Bienal de Venecia de 1942. Una década después de haber filmado las costumbres y los dramas de Nazaré, Leitão de Barros volvía al universo de la vida de los pescadores, si bien ahora en Póvoa de Varzim, escenario de una historia de amor, marcada por la rivalidad entre castas.

Los años 40 en Portugal, como ya quedó dicho, fueron de lo más variado por lo que a producción cinematográfica se refiere. Surgió un tipo de película que hacía apología de los modos de vida más simples, incluso de la pobreza. Títulos como Un hombre hecho y derecho, de Jorge Brum do Canto, Ave migratoria y Sierra Brava, ambas de Armando Miranda, o Tres días sin Dios, esta última firmada por la actriz Bárbara Virginia, que reproducía en la pantalla, sin gran originalidad, un Portugal de costumbres sobrias, donde los cambios experimentados en Europa y en mundo en general tras la II Guerra Mundial poco o nada se dejaban notar.
En 1947 se estrena Capas Negras, rodada casi íntegramente en Coimbra por Armando de Miranda, actor y director en constante actividad. Un año después se estrena Fado –historia de un canto-, firmado por Perdigão Queiroga (1916-1980). Ambas películas permanecieron durante varios meses en cartel, gracias también a la música inspirada de los compositores Federico Valério, Federico de Freitas o Raúl Ferrão, nombres de teatro que llevaron de nuevo su conocimiento a un cine formalmente poco innovador pero eficaz para captar al público.



Tiempos de crisis en los años 50

El éxito de estas dos películas musicales citadas en el epígrafe anterior y la creciente popularidad de Amalia Rodrigues en Brasil, no paso desapercibida para Leitão de Barros, que pensó en una gran coproducción luso-brasileña que tuviera como tema la vida del poeta Castro Alves, en concreto su lucha antiesclavista y su pasión por la actriz portuguesa Eugenia de Câmara, papel que interpretaría Amalia Rodigues. La película "Vendaval Maravilloso" no fue bien recibida por crítica y público y acabó en el olvido, hasta el punto de que hoy sólo ha sido posible recuperar pequeños fragmentos de la misma tras un incendio que asoló el local de la productora brasileña donde se almacenaba.
La crisis, que ya tomaba visos de realidad, se fue agravando, fruto también de la cada vez mayor presión de la censura, que en los años 50 y 60 llegaba a mutilar de tal modo las películas que, en ocasiones, acababan por ser irreconocibles y completamente ininteligibles.

L los 50, tomando el relevo algunos ayudantes de dirección, en ocasiones de un modo bastanteos directores de prestigio se fueron alejando de la realización, especialmente en la década de rudimentario, lo que acentuaba su inferioridad frente a las producciones extranjeras. De este periodo es de justicia citar a Manuel Guimarães (1915-1975), que con sensibilidad y buen gusto firma Saltimbanquis, sobre el periodo de decadencia de un pequeño circo ambulante.
La mayor novedad que produjo la década de los 50, dominada por la falta de imaginación y de medios, fue la aparición de cineclubes y la apertura al público de la Cinemateca portuguesa, en 1958. Fue también la década de la reaparición de Manoel de Oliveira tras una estancia en Alemania estudiando las cuestiones técnicas relativas al uso del color. En 1956 presenta el documental El pintor de la ciudad, sobre la obra del pintor Antonio Cruz, y tres años después el medio metraje El pan, sobre lo que podríamos llamar el ciclo de la simiente, desde su fecundación hasta convertirse en pan.
En este periodo, el Estado se muestra favorable a la creación de la televisión, a la que ve como un instrumento propagandístico que difunda documentales que elogien al régimen. A pesar de ello, hay que destacar la oportunidad que el Consejo del Cine ofreció a algunos jóvenes cineastas para salir al extranjero a seguir cursos de formación, al tiempo que la televisión proporcionaba, principalmente en el campo del reportaje, el contacto y conocimiento de material técnico moderno.
El nuevo cine portugués de los años 60

Si hay que señalar una obra que refleje el movimiento y la actitud de reflexión sobre la necesidad de la existencia de un tipo distinto de cine ésta ha sido Don Roberto, de Ernesto de Sousa (1921-1988), rodada en 1962 con fondos de la Cooperativa del Espectador. La película sobre la vida poco más que miserable de un artista de calle, es todavía rehén de ciertos convencionalismos y de un neo-realismo dependiente de personajes-símbolo. Sin embargo, existe en el filme una franqueza y una sensibilidad que lo aleja del pobre panorama del cine portugués de la época. Lo mismo podría decirse de Pájaros de alas cortadas, que Arthur Ramos dirigió un año después, a partir de un argumento del escritor poco apreciado por el poder, Luís Francisco Rebello, película en la que se ponía en el objetivo, si bien algo convencionalmente, el conflicto generacional.
1963 se convertiría en año de referencia para el cine portugués gracias a Verdes años, primer resultado de la inversión de Antonio Cunha Telles en un nuevo -o, al menos diferente- tipo de cine. Cunha Telles había dirigido en 1961 el Estudio Universitario de Cine Experimental de la Juventud Portuguesa , institución que con su pomposo nombre oficialista hace pensar que vehicularía las ideas sociales y artísticas próximas al régimen, mas al contrario, fueron muchos los jóvenes que pasaron por la institución con una idea de cortar con el convencionalismo del cine que se venía haciendo. Al fundarse “Producciones Cunha Telles”, muchos de los nuevos cineasta tuvieron la oportunidad de trabajar con técnicos franceses en producciones rodadas en Portugal y también la oportunidad de rodar sus propias películas, con claras influencias de la nouvelle vague francesa. Verdes Años de Paulo Rocha, llevó a la pantalla una vez más el conflicto entre el campo y la ciudad, sólo que en está ocasión sin el toque melodramático tradicional.

Un año después se estrena Belarmino, de Fernando Lopes, rodada a modo de reportaje, de forma absolutamente innovadora en el panorama cinematográfico portugués, al mostrar una Lisboa marginal con el pretexto de una entrevista a una de las figuras más populares de la bohemia de la ciiudad, el ex-púgil Belarmino Fragoso.
En 1963 Manuel Guimarães en una producción de Cunha Telles , realiza con gran dignidad profesional una adaptación de la pieza de Bernardo Santareno (1924-1980) El crimen de Aldea Vieja. En 1965 Antonio Macedo firmará otra adaptación de la novela de Fernando Namora (1919-1989) Domingo por la tarde, alcanzando cierto éxito comercial.
En términos comerciales este “nuevo cine” se encontraba muy lejos de atraer al gran público, que se volcaba ahora en producciones protagonizadas por “vedettes” popularizadas por la televisión. Casi siempre eran obras de tramas poco elaboradas, que no requerían grandes esfuerzos interpretativos y que servían de pretexto para el lucimiento musical de sus protagonistas, los cuales tampoco aportaban ningún valor de calidad al panorama musical portugués. Un ejemplo es la película Una hora de amor de 1964, protagonizada por Antonio Calvario y Madalena Iglesias, dos cantantes cuyo éxito fue tal que continuaron protagonizando este tipo de cintas durante casi una década más.
Por lo demás, se trataba de realizaciones de corte idéntico al que por entonces se producía en paises como España, Italia o Alemania, alcanzado, de hecho, un considerable éxito entre el público.

Después de Las Islas encantadas de 1965, del luso-francés Carlos Vilardebó, con una excelente interpretación de Amalia Rodrígues, (que por entonces todavía no cantaba) y de Cambiar de vida de 1966 , de Paulo Rocha, sobre la problemática del alejamiento que las guerras coloniales y la emigración producía, la productora de Cunha Telles entró en bancarrota y el futuro del cine más socialmente comprometido se vio gravemente afectado.
En 1970 se constituyó el Centro Portugués de Cine, una suerte de cooperativa de cineastas, auspiciado por la Fundación Gulbenkian y bien tolerado por el régimen, en aquel momento presidido por Marcelo Caetano (1906-1980). Para el inicio de la década ni siquiera los melodramas musicales atraían al público, de manera que el Centro Portugués de Cine tomó las riendas de la industria y comenzó a producir películas para dinamizar el mercado. La primera producción fue El pasado y el presente de Manoel de Oliveira , en la que destacan unos diálogos de corte absurdo, que una interpretación muy afectada se harán corresponder al mundo fútil y vacío que viven los personajes.
Las cintas que la siguieron tampoco lograron encandilar al público en general, si bien transmitieron un mensaje claro de la incomodidad de una sociedad desfasada en relación al resto de Europa, marcada por una represión más o menos visible para aquellos que se mostraban críticos a los “patrones oficiales”. Esto queda de manifiesto, por ejemplo, en El recado de José Fonseca e Costa , o Perdido por Cien de António-Pedro Vasconcellos, películas, que como otras de este periodo, se presentaron a festivales de cine internacionales. Resulta curioso destacar que el “Nuevo cine” fue conquistando paulativamente al régimen, a través de los premios oficiales que otorgaba la Secretaría de Estado de Información y Turismo, lo que hacía que no pudiera ignorar producciones completamente alejadas de os parámetros que más habrían agradado al gobierno.
Mientras, la ley nº 7/71 va a sustituir a las anteriores, trayendo consigo la creación de un Instituto Portugués de Cine, que además también otorgará subsidios a cineastas claramente en oposición al régimen. En este caso, la Censura se encargaría de eliminar todo lo que fuesen críticas demasiodo evidentes a la situación política, lo que se traducía en que muchas veces los argumentos de las películas resultasen incomprensibles. A esto se sumaba la habitual falta de recursos financieros para producir películas, lo que obligaba a muchos cineastas a verter todo su torrente creativo en una sola cinta, recurriendo a símbolos no siempre de fácil descodificación y que hacían la película poco llamativa para el público en general.
En otros casos, se recurría a propuestas a nivel meramente estético, si bien a veces de alto calado, como Una abeja en la lluvia, adaptación de la novela homónima de Carlos de Oliveira (1921-1981), realizada por Fernando Lopes, que huían de lo que las películas americanas , las de mayor aceptación y éxito, habitualmente mostraban.



La Revolución del 25 de Abril

La Revolución del 25 de Abril de1974 trajo, en primer lugar, por lo que se refiere al respeto por el cine y a la obra creativa, la abolición de la censura. Al tiempo que se permitió la exhibición de innumerables películas extranjeras que con anterioridad era imposible verlas en Portugal, se estrenaron algunas de las producciones nacionales prohibidas en el país por la Censura, como Sofía y la Educación Sexual de Eduardo Geada, El Mal-amado de Fernando Matos Silva, o India de Antonio Faria. Una casualidad y, sobre todo una premonición, marcaría la película de 1972, realizada por Alberto Seixas Santos, Blandas costumbres, en la que se traza el paralelismo entre una familia pequeño burguesa y la historia de Portugal durante el régimen del Estado Nuevo, sugiriéndose al final que las Fuerzas Armadas harían una revolución.
En un periodo caracterizado por los filmes de carácter revolucionario o hasta panfletario, con títulos que reflejaban el momento historórico en que fueron rodados (Las armas y el Pueblo, Adiós, Hasta mi regreso, Dios-Patria-Autoridad, El funeral del Patrón, etc.) el realizador Manoel de Oliveira marcaría una vez más las diferencias al presentar una adaptación de una pieza del escritor José Regio, Benilde o la Virgen-Madre, cuyo tema es el embarazo de una joven del Alentejo, atribuida a una causa sobrenatural. La película, con una puesta en escena aparentemente más teatral que cinematográfica, no se convirtió en su trabajo más polémico hasta el momento debido a que tres años más tarde , en 1978, la RTP (Radio Televisão Portuguesa) emitió por capítulos la adaptación hecha por de Oliveira de la novela Amor de perdición del escritor Romántico Camilo Castelo-Branco. Su respeto por el texto original fue tal que, dado el gran peso literario, desagradó a la mayor parte de los telespectadores, habituados a los contenidos más visuales y naturalistas de las producciones elaboradas para la pequeña pantalla.




La polémica se instaló entre el público y entre los críticos, unos defendiendo la originalidad del proyecto y acentuando que se había creado en términos cinematográficos, y otros manteniendo que una película nunca puede tener como aparente personaje principal la voz de un narrador.
El hecho fue, que las nuevas producciones, liberadas ya de la criba de la censura, cada vez tenían menos espectadores. Era evidente que los directores, acostumbrados al uso de un estilo hermético y cargado de simbolismos, no eran capaces de usar un lenguaje verbal y visual más claro e inmediato.

El actor-realizador Artur Semedo (1925-2001) intenta, con algún éxito, el camino de la comedia con O Rei das Berlengas (1978), una visión irónica de la relación entre Portugal y su historia, en la que sobresale la interpretación extraordinaria de uno de los mayores actores portugueses del siglo XX, Mario Viegas (1948-1996). La reconciliación, si bien nunca llega a ser definitiva, del público portugués con su cine tendría lugar al inicio de los 80 cuando directores como José Fonseca e Costa (Kilas, o Mau da Fita), Lauro António (Manhã Submersa), Luís Galvão Telles (A Vida é Bela?) ou António-Pedro Vasconcellos (O Lugar do Morto) optan, sin hacer concesiones en términos de lo que consideran calidad cinematográfica, por buscar un lenguaje cinematográfico más cercano al público, en el que la trama sea comprendida sin dificultad y las interpretaciones se basen en la naturalidad de los actores a fin de hacer las situaciones creibles. El sitio del muerto (O lugar do morto), cuya finalización peligró, acabó por convertirse en uno de los mayores éxitos del cine portugués.

La década de los 80

Por su parte, Manoel de Oliveira, iniciará una carrera de repercusión internacional,en gran parte debido al apoyo a nivel de producción y promoción de Paulo Branco más allá de las fronteras de Portugal. Con Francisca (1981) comenzará una colaboración con la escritora Agustina Bessa-Luís, que reforzara la tendencia a verlo como un cineasta de la palabra, aunque sea visible su preocupación estética por elegir los encuadres más adecuados y los planos más suceptibles de conferir la fuerza narrativa necesaria a las palabras. Obras posteriores han ido solidificando el respeto internacional por su obra, reflejado en el interés de empresas extranjeras en co-producir sus películas y en la atribución de varios premios en prestigiosos festivales, al tiempo que su figura se ha consagrado en el territorio nacional, fundamentalmente como resultado de su éxito internacional. Sin embargo, su cine no logra alcanzar a un público ámplio en Portugal.

Por este sistema de co-producción también optarán, entre otros, los ya citados José Fonseca e Costa y Antonio-Pedro Vascencellos, cuyas películas se integran en el estilo de cine europeo de las últimas décadas del siglo XX y reflejan también una cierta "europeización" de Portugal después de su adhesión a la entonces Comunidad Económica Europea en 1986. Por ese camino se prosiguió durante la década de los 90 y así continúa a ser durante esta primera década del siglo XXI, si bien halla que destavarbtrabajos que no se pueden englobar bajo un epígrafe concreto en términos de corriente estético-cinematográfica. Así, tenemos nombres como João César Monteiro (1934-2003) o Pedro Costa, más volcados hacia el tratamiento de cierta marginalidad socio-económica que permanece presente en el país, a pesar de ese deseo de integración y afirmación europea como sinónimo de bienestar. En la misma linea podría incluirse parte de la obra de Teresa Villaverde , principalmente su aclamado Los Mutantes (1998).





La década de los 90

La década de los 90 trajo todavía la apertura de la televisión a los canales privados: la Sociedad Independiente de Comunicación (SIC) y la Televisión Independiente (TVI). La primera constituye un caso particular de conquista de audiencias en los primeros años de su actividad -similar a lo ocurrido en España con Telecinco-. Entre sus propuestas estuvo la co-financiación, a semejenza de lo que la RTP ya venía haciendo, de películas que después de una carrera comercial en los cines se emitirían en el canal. El estilo de esta emisora se caracteriza por la promoción "agresiva" de su programación, técnica que también utiliza para la promoción de las películas cuya producción co-financia. Uno de los beneficiarios de esta colaboración con la SIC es el realizador Joaquim Leitão, algunas de cuyas cintas, Adão e Eva (1995), Tentação (1997) e Inferno (1999), se encuentran entre las más vistas en la historia del cine portugués. Adán y Eva, por ejemplo, batió records de taquilla en el periodo durante el que se proyectó. En la producción reunió a dos de los actores portugueses con una carrera internacional importante como son Joaquim de Almeida y Maria de Medeiros.
La producción regular de telefilmes tanto por parte de la SIC comop por la RTP ha permitido en la transición del siglo XX al siglo XXI un laboratorio de prácticas tanto para técnicos como para actores, si bien la estructura demasiado televisiva de las producciones impidió en muchos casos que se concretara el deseo inicial de poder exhibirlas también en las salas de cine.
Una excepción fue, por ejemplo, la coproducción de la RTP : Esquece Tudo o Que Eu Te Disse (2002) -Olvida todo lo que te dije- del realizador Antonio Ferreira, que aunque nació como un telefilme, reveló una calidad cinematográfica tal que se optó por proyectarla primero en los cines y sólo después emitirla por la pequeña pantalla.
La realización continua de cortometrajes ha constituido también una de las características del cine portugués de los últimos años, lo que se traduce como el resultado de las ayudas que la Escuela Superior de Cine da a los jóvenes realizadores, en quienes deposita la esperanza de continuidad y revalorización de la cinematografía portuguesa.

Adaptación al español del texto original
de Alcides Murtinheira














El Cine portugués actual

A pesar de que la industria cinematrográfica portuguesa tiene una producción anual que no suele pasar de los quince largometrajes, Portugal ha logrado un enorme prestigio en el panorama cinematográfico internacional, gracias a un puñado de directores cuyos films nunca faltan del circuito de los principales festivales, como los de Berlín, Cannes, Venecia, San Sebastián o Toronto. El patriarca de todos ellos es, sin duda, Manoel de Oliveira, nacido en 1908 y que sigue ratificando con cada nueva película su posición como uno de los más importantes realizadores europeos de la segunda mitad del siglo XX. Pero por detrás de la enorme sombra de Oliveira y del prestigio ya consolidado de, por ejemplo Joao Botelho o Joao Cesar Monteiro, fallecido en 2003, el cine portugués está viviendo una importante renovación generacional.

El recorrido por el panorama del cine que se hace en la actualidad en Portugal abarca a la generación de directores portugueses cuyas realizaciones se inició aproximadamente en la
década de los 90, influenciados notablemente por la estela del “Cinema Novo” de los años 60, sin bien, con la inspirada intención de romper con cualquier patrón estético reconocible. Para comenzar, se puede hablar de tres tendencias principales; la aparición de una corriente "documentalista", representada por directores jóvenes como Sérgio Tréfaut o Pedro Sena Nunes, que poco a poco se van afianzando en el género y que lo utilizan practicamente de manera exclusiva en sus realizaciones. La de aquellos que nos muestran unas obsesiones recurentes por la crisis social de finales de siglo XX, manifestada en el retrato de familias rotas y desubicadas socialmente, como Joao Canijo , Pedro Costa o Joao Pedro Rodrigues. Y la de aquellos otros cineastas que huyen del realismo y se instauran en una especie de terreno fantástico, que también se llega a convertir en un estilo recurrente, como Teresa Villaverde. Finalmente, se puede hablar de una llamada "generación del corto", que utiliza este metraje como modo de expresión y como fórmula de acceder al largometraje tras su experiencia en las pequeñas producciones.

A continuación, proponemos un glosario de las últimas realizaciones portuguesas. Algunas recibieron la acogida favorable de la crítica nacional e internacional. Otras quedarán como simples muestras, sin mayor interés, del cine que se hacía en Portugal entre finales del siglo XX y los inicios del XXI. No están todas las que son, ni son todas las que están, pero como muestra sirva un botón.



Fragmentos Entre o Tempo e os Anjos / Fragmentos Entre el Tiempo y los Ángeles
Pedro Sena Nunes. Documental, 1997, 52min
Este documental es el resultado de la estancia de cuatro meses de Pedro Sena Nunes en Glasgow, Escocia, en el ámbito del IV Programa “Pépinières européennes pour jeunes artistes
1996/97”. Los “fragmentos” son imágenes de la ciudad que el realizador detestó, al inicio, y la serie de personajes que le hicieron cambiar de opinión: “En Glasgow, apenas encontré ángeles”. La vieja profesora y actriz, el bailarín de ballet ruso, la profesora victoriana, son algunas de esas figuras, filmadas al margen de cualquier juicio de valor. Como el realizador afirma repetidamente en la película: “Todo lo que veo, lo veo apenas una vez”.

Natureza Morta / Naturaleza Muerta
Susana de Sousa Dias. Documental, 2005, 72min

Naturaleza Muerta penetra en la opacidad de las imágenes captadas durante los 48 años de la dictadura portuguesa de Salazar (noticias de la época, reportajes de guerra, documentales de propaganda, fotografías de prisioneros políticos, rushes inéditos), utilizando apenas filmaciones de archivo y sin recurrir a palabras. El trabajo de Susana de Sousa Dias, centrado en la memoria, aparece aquí próximo al cine del tándem Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi. Premio DocLisboa 2005 para el Mejor Documental Portugués.
Glória
Manuela Viegas.
Ficción, 1999, 110min
A pesar de Glória ser su primera y hasta ahora única realización, Manuela Viegas posee un largo trayecto en el cine portugués, esencialmente en el área de montaje. Responsable de las principales películas reveladas en la década de los 90, desde las primeras obras de Pedro Costa y Teresa Villaverde, no es por casualidad que en Glória se observa la misma construcción fragmentaria, disonante, equivalente formal del sentido de amenaza que cubre de sombra todos estos retratos juveniles. Una historia de dos niños, Ivan y Glória, de una estación de tren que va a cerrar y del odio entre dos hermanos.




La línea del horizonte
Título Original: Le fil du l’horizon.
Nacionalidad: Portugal/Francia/España, 1993.

Producción: António da Cunha Telles.
Director: Fernando Lopes.

Guión: Christopher Frank y Jean Nachbaur.
Intérpretes: Claude Brasseur, Andréa Ferréol,
Ana Padrão, Antonio Valero.

Sinopsis
Spino, un patólogo del depósito de
cadáveres de Lisboa, comparte su rutinaria
vida con Francesca, una divorciada madre
de un hijo adolescente. Una tarde llega el
cuerpo de una joven sin identificar, muerto
en un tiroteo con la policía. Spino descubre
aterrorizado que el cadaver al que tiene que
hacer la autopsia es él mismo con veinte
años menos.


Fernando Lopes

Tras intentar trabajar e la televisión portuguesa (RTP), que comenzaba sus emisiones a mediados de la década de los cincuenta, consiguió una beca para estudiar en el London School of Film Technics. De vuelta en Portugal, dirigió uno de los más destacados títulos del "Cinema Novo": Belarmino (1964), una metáfora de la vida portuguesa de aquellos años,al que seguiría Uma Abelha na Chuva (1971). En 1974, después de la revolución y a través de la memoria de su madre, encuentra inspiración para realizar Nós Por Cá Todos Bem (1976). Tras esta, llega el turno de Crónica dos Bons Malandros (1983), una nueva
crónica de una Lisboa mitológica que fue borrada del mapa por la modernidad..
Quince años má tarde dirige Matar Saudades (1998), la historia de un emigrante que vuelve a su país para descubrir que solo le espera la muerte. Durante los ochenta es director del Departamento de Co-producciones de la RTP, donde desarrolla una importantísima labor en la consecución de la colaboración entre la televisión estatal y el cine portugués.




Los mutantes
Título original: Os Mutantes.

Nacionalidad: Portugal/Francia, 1998.
Directora: Teresa Villaverde.
Intérpretes: Anna Moreira, Alexandre Pinto, Nelson

Varela, Helder Tavares.

Sinopsis
L
a historia de tres chicos de unos 15 años
que no aceptan el lugar que les propone la
sociedad. Son supervivientes, son mutantes
de los que hay en todos los países.
“Villaverde los contempla a todos con un
evidente erotismo, otorga a los chicos el
poder de la fascinación sexual y a la chica
la responsabilidad de afrontar la vida de la
forma más dura”.
Liberation.

Selección Oficial Festival de Cannes 98
“Una Cierta Mirada”, Premio Mejor Actriz a
Anna Moreira en el Festival de Taormina.


Teresa Villaverde

Nacida en 1966 en Lisboa, su actividad cinematográfica no se ha limitado a la realización. Ha participado como actriz, escenógrafa, guionista, asistente de realización y edición en distintas producciones.
Es una de las pocas mujeres que dirigen cine en Portugal. Su
primer largometraje como realizadora fue A Idade Mayor (1990), una reconstrucción el Portugal del inicio de la década de los 70 marcado por la Guerra Colonial, un tema poco tratado en el cine portugués y por el que recibiría distintos premios. Su siguiente película sería Três Irmãos (1994) protagonizada, al igual que su primera película, por Maria de Medeiros.
Después realizaría
O Amor não me Engana (1996), un cortometraje que ha otenido los mayores elogios en su carrera hasta el momento. Dos años más tarde vuelve al largo de la mano Os Mutantes (1998), un título de narrativa más convencional sobre jóvenes habitantes de barrios marginales con dificultades para integrarse en los patrones sociales vigentes..
Água e Sal (2001) es su último film hasta la fecha, un filme autobiográfico dominado por el mar y su fuerza, en contraste con los sentimientos de los personajes.




El río de oro
Título Original: O Rio do Ouro.
Nacionalidad: Portugal, 1998.

Director: Paulo Rocha.
Intérpretes: Isabel Ruth, Lima Duarte, Juana
Bárcia, Joao Cardoso, Filipe Cochofel.


Sinopsis
La historia de un sorprendente y horrible
crimen, ubicada en un ambiente popular, al
borde de las orillas sangrientas del Río de
Oro, el corazón de los viñedos de Oporto.
Una pareja mayor se casa, ella es
guardabarreras, él es el patrón de un barco
de dragados en el río Duero. Melita, su
sobrina, cae al agua del río, grita socorro…
Sección Oficial de Cannes 98 “Una cierta
mirada”.


Paulo Rocha

Paulo Rocha, nacido en 1935, proviene de una generación de cineastas con formación universitaria que quedó cautivada por el cine en gran parte gracias en parte a ala laborde los cineclubes. Con su diploma de realización, fue asistente de Jean Renoir en 1962.
Un año después realiza
Os Verdes Anos. Con producción de Antonio da Cunha Telles, es para muchos la película que inicia el "cinema novo". En 1975 asume el cargo de agregado cultural de la Embajada de Portugal en Japón hasta 1983. Tras quedar fascinado por la cultura nipona y por la historia del escritor portugués Wenceslau de Moraes, que a finales del siglo XIX viajó a Oriente, muriendo en el país del sol naciente, dirige el “Ciclo del Japón”, compuesto por A Ilha dos Amores (1982) y A Ilha de Moraes (1983). En 1992 Paulo Rocha presta homenaje a Manoel de Oliveira en Oliveira, o Arquitecto, documental integrado en una serie francesa llamada "Cinema do Nosso Tempo". Siguiendo con sus títulos de temática niponea, dirige: O Senhor Wenceslau Brás em Tokushima (1993), e Imamura, o Livre Pensador (1995). En 1998 vuelve a la ficción portuguesa con una co-producción luso-franco-brasileña, O Rio do Ouro, una historia
mística ambientada en Vale do Douro en los años 50 con la que el realizador rinde tributo al cineasta japonés Kenji Mizoguchi. En el año 2000 realiza el que sea tal vez su film más desconcertante, una musical en tono de farsa política localizado en una Lisboa futurista y protagonizada por varios travestis: A Raiz do Coração.





Va y ven
Título original: Vai e Vem.

Nacionalidad: Portugal/Francia, 2003.
Director: Joao Cesar Monteiro.
Intérpretes: Joâo César Monteiro, Rita Pereira
Marques, Joaquina Chicau, Rita Durao.

Sinopsis
Joao Vuvu es un hombre mayor, sin familia
y con un hijo en prisión acusado de un doble
homicidio y robo a mano armada. Rodeado
de libros y discos, vive solo en su casa
situada en un barrio de Lisboa en lo alto del
Monte Olivete.

Festival de Cannes 2003, Sección Oficial.


Las bodas de Dios
Título original: As bodas de Deus.
Nacionalidad: Portugal /Francia, 1998.
Director: Joao Cesar Monteiro.
Intérpretes: Joao César Monteiro, Rita Durao,

Joana Azevedo, José Airosa.

Sinopsis
En un viejo parque helado y solitario dos
sombras se encuentran, la de Dios y la de
un Enviado de Dios. El Enviado de Dios le
entrega al bribón (estado provisional de
João de Deus) una maleta repleta de dinero.
En un lago cercano la joven Joana está a
punto de ahogarse. João la salva y la lleva,
desvanecida, a un convento de monjas.
João vuelve al parque a recuperar la maleta
y su precioso contenido: por suerte nadie
ha tocado nada..


Joao Cesar Monteiro
João César Monteiro nace el 2 de febrero de 1939 en Figueira da Foz (Portugal) en el seno de una familia burguesa antisalazarista. En 1969 dirige su primer cortometraje, Sophia de Mello Breyner Andersen.Vive un tiempo en Francia y, a su regreso a Portugal colabora en diversas revistas literarias y cinematográficas. Dirige su primer largometraje, Veredas, tras la caída de Salazar. El reconocimiento internacional le llega con Recuerdos de la casa amarilla (1989), que obtiene el León de Plata del Festival de Venecia, película en la que por primera vez aparece João de Deus, personaje interpretado por él mismo, hilo conductor de sus siguientes largometrajes. Autor completo de sus películas, participa además como actor en Doc's Kingdom (Robert Kramer, 1989). Muere el 3 de febrero de 2003. Su última pelicula, Vai e vem, se proyectó como homenaje en el Festival de Cannes de ese mismo año.




La carta/ A carta
Titulo: A carta/ La carta
Dirección: Manoel de Oliveira
Año: 1999
Interpretes: Chiara Mastroianni, Pedro Abrunhosa, Antoine Chappey, Leonor Silveira, Françoise Fabian, Maria João Pires, Anny Romand, Luís Miguel Cintra, Stanislas Merhar, Ricardo Trepa.
Música: PEDRO ABRUNHOSA e MARIA JOÃO PIRES
Productor: Paulo Branco
Productor delegado: MADRAGOA FILMES
Portugal/França/Espanha, 1999


Sinopsis
Manoel de Oliveira conmemora en 2000 su 90 cumpleaños con la adaptación de la novela “La Princesse”, de Madame de la Fayette, publicada en el siglo XVII.
Tras sufir su primer desengaño amoroso , Mademoiselle de Chartres, acepta casarse con Jacques de Clèves, un renombrado médico, al que no ama.
El corazón de la joven, mientras tanto, redescubre el amor al conocer al cantante Pedro Abrunhosa. La presión de ese amor le lleva a compartir el secreto con su marido, quien no soportando el peso de la revelación muere meses más tarde.
Ya viuda, sabe que no puede hacer realidad sus sentimientos y desaparece sin dejar rastro.
Años después, unos amigos reciben una carta de África: Madame de Clèves está viviendo con unos misioneros, ayudando a los desamparados y a los heridos de una guerra civil.
Manoel de Oliveira define la película como “una historia pasional, con fragmentos de una visión social que nos muestra el desorden que asola , con la misma crueldad del pasado, nuestro incorregible mundo”.



Vuelvo a casa
Título original: Je rentre à la maison.
Nacionalidad: Portugal/Francia, 2001.
Director: Manoel de Oliveira.
Intérpretes: Michel Piccoli, John Malkovich, Sylvie
Testud, Catherine Deneuve.


Sinopsis
Gilbert Valence es un actor de teatro. Su
talento y su larga carrera le han hecho

merecedor de los más grandes papeles.Una
tarde, al acabar la representación, la tragedia
entra en su vida.
“Preciosa Pieza de orfebrería tallada por la
mano de un maestro” Luis Bonet Mojica-La
Vanguardia.
Selección Oficial Festival de Cannes 2000,
Festival de San Sebastián 2000 (Zabaltegi).


Manoel de Oliveira
Oliveira nació en 1908 en la cuna de una familia de desahogada posición económica. Educado por los jesuitas, enamorado del cine desde muy joven, buscó aproximarse a él, no con el propósito de llegar a dirigir, sino como actor, tarea para la cual contaba con la ventaja de su prestancia física y su condición atlética: había sido campeón de salto en alto, trapecista y corredor de autos. Eran, todavía, los tiempos del cine mudo. Manoel de Oliveira hizo su primera aparición en pantalla en una película de Rino Lupo, un italiano que contribuyó al desarrollo del cine portugués en los años veinte. Siguió actuando aun después de haber hecho sus primeros ensayos como director, llegó a ser el protagonista del primer film sonoro rodado en su país (A canção de Lisboa) y apareció alguna vez, fugazmente, en películas propias; también lo hace en “Viaje al principio del mundo”, aunque apenas si se deja ver al volante del vehículo que transporta a los viajeros. En 1931, hizo su primer corto. Douro, faina fluvial mostraba la influencia que ejercían en él Robert Flaherty y los documentales soviéticos; era la precisa descripción de una jornada de trabajo a la orilla del río Duero. Esta obra ya revelaba su particular sensibilidad y su espíritu afín a las vanguardias europeas. El documental constituye una de las dos vertientes que exhibe la obra fílmica de Manoel de Oliveira; la otra es la ficción, con una marcada predilección por la teatralidad y una casi constante reflexión acerca de la naturaleza del arte y el espectáculo. Tras el fracaso del primer film, que había sido producido por su padre, Oliveira debió trabajar en las empresas familiares. Fue un alejamiento del cine sólo interrumpido por otros dos ejercicios documentales: Já se fabricam automóveis en Portugal y Miramar, praia de rosas, ambos de 1939. En 1942 volvió a dirigir, realizando Aniki Bobó, interpretada por una pandilla de chicos de las calles de Oporto, film directo, simple, vivo, que supuso un logro excepcional, sobre todo si se tiene en cuenta que fue anterior al neorrealismo italiano. Vino después otra larga interrupción. Catorce años en los que Manoel de Oliveira tropezó con la dificultad de hallar productor para sus proyectos. Volvió con El pintor y la ciudad (l956), donde eligió un rumbo distinto para su lenguaje, al dejar de poner el acento en el montaje y empezar a utilizar los planos largos por los cuales ha recibido algún reproche de la crítica.




Zapatos negros
Título original: Sapatos Pretos.
Nacionalidad: Portugal, 1998.
Director: João Canijo.
Intérpretes: Ana Bustorff, Joao Reis, Vitor Norte,
Teresa Madruga, Fernando Luís.


Sinopsis
El amor como fuente de desgracias e
inestabilidad para un matrimonio que pierde
la educación, la amabilidad y la delicadeza
para tornarse en brutalidad y desprecio.
Una mujer insatisfecha y desesperada se
convierte en un monstruo que planifica el
asesinato de su marido y descubre así el
placer de la muerte.


Noche Oscura
Título original: Noite Escura
Nacionalidad: Portugal, 2004
Director: João Canijo
Guión: João Canijo, Pierre Hodgson,
Mayanne Von Ledebur

Fotografía: Mario Castanheira
Intérpretes: Beatriz Batarda, Rita Blanco,
Fernando Luis, Cleia Almeida, José Raposo,
Dmitri Bogomolov, João Reis.



Sinopsis
Una oscura noche en el campo portugués.
Se inicia una nueva jornada de trabajo

ara una familia que gestiona un local nocturno:
el padre, la madre, dos hijos, el camarero
y una seductora joven encargada de entretener
a los clientes.
Un mundo de falsas apariencias,
en el que el sueño de una vida
diferente se romperá en mil pedazos...


João Canijo
Nacido en 1957, João Canijo estudió el Curso de Historia de la Facultad de Letras de la Universidad de Oporto, comenzando su carrera cinematográfica como asistente de realización y producción. Su primer trabajo como director fue el cortometraje A Meio-Amor (1983), al que cinco años después le seguiría la co-producción luso-francesa Três Menos Eu. En 1990 realiza una nueva co-producción con el país galo, de título A Filha da Mãe, de nuevo protagonizada por Rita Blanco, actriz emblemática en su filmografía. Dando pruebas de una asombrosa versatilidad, João Canijo trabaja también para televisión, aprovechando la apertura de dos canales privados. Para RTP realiza la serie Alentejo Sem Lei, para TVI Cluedo un concurso innovador que giraba en torno a un cortometraje policial semanal, y para la SIC, en 1996, una comedia en formato de serie titulado Sai da minha vida. Tras llegar a un acuerdo de co-produción con una empresa francesa, regresa al largometraje con Sapatos Pretos (1998), donde, a partir de una historia verídica, revela cualidades de técnica narrativa y de definición de personajes que fueron muy destacadas por la crítica y reforzadas en su trabajo siguiente, Ganhar a Vida (2001), una de las obras mas significativas del cine portugués de início del siglo XXI. Para rodar Zapatos Negros João Canijo trabó conocimiento con las comunidades portuguesas de la zona de Paris, homenajeándolas en una de las escasas películas portuguesas que tiene como tema la emigración y el grado, a veces escaso, de integración de los portugueses en el país de acogida.



La Costa de los Murmullos

Título original: A Costa dos Murmúrios
Nacionalidad: Portugal, 2004
Directora: Margarida Cardoso
Intérpretes: Beatriz Batarda, Carla Bolito,
Monica Calle.
Estúdios: Filmes do T
ejo
Duración: 115 min.

Sinópsis
A finales de los 60, Evita llega a Mozambique para casarse con Luís, estudiante de matemáticas que se encuentra cumpliendo el servicio militar.
Sin embargo, Evita se da cuenta de que Luís no es el mismo que dejó de ver meses atrás. Perturbado por la guerra se muestra como un triste imitador de su capitán, Fuerza Leal. Los soldados parten para una gran operación militar en el norte del país y Evita se queda sola.En su desesperación, intenta entender qué fue lo que le hizo cambiar a Luís y busca compañía en Elena, la mujer de Fuerza Leal.
Sumisa y humillada, Elena vive prisionera en su casa donde cumple una promesa.
Ella le mostrará a Evita el lado oscuro de Luís...
Perdida en un mindo que no es el suyo, Evita descubre la violencia del periodo colonial a punto de extinguirse. Un tiempo de guerra, de pérdida y de culpa.

Margarida Cardoso
Nace en 1963, Portugal.
Cursa Imagen y Comunicación Audiovisual
en la "Escola António Arroio" (Portugal).
De 1983 a 96 trabajó como script y
Ayudante de Dirección en más de 40 películas
portuguesas y extranjeras.


A Costa Dos Murmúrios (Ficción)
Festival do Rio 2004 – Mostra: Expectativa 2004.
53º Festival Internacional de Manheim -

Competición Internacional.
Kuxa-Kanema (Documental)
Com Quase Nada (DocumentalCo-real. con Carlos Barroco)
Natal 71 (Documentário)
Entre Nós (Corto ficción)
52º Festival Internacional de Locarno 1999

– Prémio Mejor Filme – Léopards de Demain –
A Terra Vista das Nuvens (Documental)
Dois Dragões (Curto ficción)



Odete
Título original: Odete
Nacionalidad: Portugal, 2005
Director: João Pedro Rodrigues
Intérpretes: Ana Cristina de Oliveira, Nuno Gil,
João Carreira


Sinópsis
Una noche, a la puerta de una discoteca
en Lisboa,dos chicos, Pedro y Rui,
se besan con pasión.
Llevan un año juntos y se han jurado

amor eterno.
Pedro se marcha en su coche y Rui vuelve
a la discoteca, donde trabaja.
A los pocos minutos Pedro tiene un terrible
accidente con el coche, Rui va a su encuentro
y Pedro muere en sus brazos.
Sólo, Rui se siente perdido, sin

ilusiones y sin deseos de vivir.
Al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad,
Odete, que trabaja en un hipermercado,
sueña con tener un hijo.Su novio no asume su deseo
y la abandona.
Rui y Odete se cruzarán en el camino,
ambos son vecinos y comparten la misma desesperanza.




El Quinto Imperio
Título original: O Quinto Imperio- Ontem como hoje
Año: 2004
Director: Manoel de Oliveira
Reparto: Ricardo Trepa, Luís Miguel Cintra, Gloria de Matos.

Productora: Madragoa Filmes/ Gemini Filmes

Sinopsis
El Quinto Imperio es una revisión histórica más de la historia de Portugal y de la obra de José Regio. Para Portugal, el Quinto Imperio es el mito refundado por el padre Antonio Vieira (siglo VII), que lo hacía portugués.
Para Manoel de Oliveira el cine es como "un espejo de la vida", sujeto a los cambios de unas costumbres, hábitos y modas sociales por encima de los cuales reivindica la dignidad y la
moral en las relaciones humanas. La película se inspira en la obra de José Regio El Rey Sebastián, mito histórico y sentimental portugués que nos cuenta que trás la derrota del Rey en la batalla de Alcaçer-Quibir en Marruecos (1578), su cuerpo herido de muerte nunca fue recuperado, convirtiéndose en un mito. Según la leyenda, un día de niebla densa Don Sebastián retornará a lomos de un caballo blanco para acabar con el mal del mundo y establecer la concordia entre los pueblos.




Un disparo en la oscuridad
Título original: Um tiro no oscuro
Año: 2004
Director: Leonel Vieira
Reparto: João Lagarto, Joaquim de Almeida, Margarida Marinho

Sinopsis

En el aeropuerto de Rio de Janeiro una azafata de la TAP rapta a una niña de dos meses. Dos años después, ya en Lisboa, la madre regularmente acude al aeropuerto de con la esperanza de encontrar a la azafata. Por una serie de circunstancias su vida acaba entrelazada en una
historia de policías y ladrones con el drama del secuestro de su hija de fondo. Remedando el título de la película de Blake Edwards de 1964, Shot in the dark, será un disparo en la oscuridad la metáfora de una búsqueda imposible.




La cara que mereces
Título original: A cara que mereces
Año: 2004
Director: Miguel Gomes
Reparto: José Airosa, Gracinda Nave, Sara Graça

Sinopsis
Primer largometraje de Miguel Gomes. Una película musical que se zambulle en el mundo de las fábulas a través de la mirada infantil. Una voz le grita al protagonista, que disfruta su
cumpleaños:
¡Francisco, comportaté! Date cuenta que ya has cumplido 30 años.
Repite conmigo: Hasta los 30 tienes la cara que Dios te dio,
pero a partir de los 30 tienes la cara que te mereces.
En el cuento, al igual que Blancanieves,
Francisco también tiene siete enanitos.




Antes que o tempo mude
Título original: Antes que o tempo mude
Año: 2004
Director: Luís Fonseca
Reparto: Mónica Calle, Mónica Garnel, Manuela de Freitas,
João Mota, Amândio Pinheiro
Productora: Costa do Castelo Filmes, SA


Sinopsis
Laura no sabe que hacer con su soledad.Después de una noche de sexo anónimo, cuando
regresa a casa es sorprendida por la presencia de Antonio, su ex-marido. Discuten acaloradamente y hacen el amor...
Primer largometraje del dramaturgo, escenógrafo y director de cine Luis Fonseca. Se trata de una película sin pudor, o mejor dicho, que no deja lugar al pudor. La cámara está tan próxima a los cuerpos de los actores que se siente su latir. Laura es el centro de la narración, hacia la que convergen y de quien se alejan los personajes.



Adriana
Título original: Adriana
Año: 2005

Directora: Margarida Gil
Reparto: Ana Moreira, Isabel Ruth ,José Airosa
Productora: Atalanta Filmes


Sinopsis

En una isla remota del archipielago de las Azores, donde se instaló el luto, el patriarca más
respetado decide que nunca más tendrán relaciones sexuales ni hijos. La isla se va quedando deshabitada y corre el riesgo de desaparecer por falta de población. El patriarca decide enviar a su hija, Adriana, al continente con la misión de constituir una familia. Adriana parte en busca de
un hombre que le posibilite la procreación y asegure la población de la isla.







Un Rio
Título original: Um Rio
Año: 2005

Director: Jose Carlos de Oliveira
Reparto: Anabela Moreira, Jorge Mota, Mariana Coelho

Sinopsis

Adaptación de la novela de Mia Couto,Un rio llamado tiempo, una casa llamada tierra.
Cuando la pala del enterrador quiso quiso enterrarse en la tierra para cubrir la tumba donde
quedaría sepultado el cadaver de Dito Mariano, se encontró con una superficie enexpugnable y dura como el acero.
Para Dulcinea, matriarca de la familia, la tierra no cede porque
encierra un secreto. Los rumores hablan de Luar do Chao,

la isla donde el patriarca Dito Mariano
era el hombre de todas las mujeres.



El crimen del padre Amaro
Título original: O crime do padre Amaro
Año: 2005
Director: Carlos Coelho da Silva
Reparto: Soraia Chaves, Jorge Corrula,
Nicolau Breyner, Nuno Melo, Glória Férias,
Rogério Samora, Ruy de Carvalho
Productora: SIC TV/ Lusomundo

Sinopsis
Un sacerdote joven en un barrio periférico. Una joven sensual y seductora.
El padre Amaro hará de todo para resistirse a la tentación, pero Amelia, la bella, no cejará en su empeño. Dos elementos para
construir una historia polémica y morbosa.
El filme se basa en la obra del escritor romántico Eça de Queiroz.

Para buena parte de la crítica, la película, auspiciada
por el canal de televisión SIC, no deja de ser un telefilme
sin mayor alcance, a pesar de haberse publicitado como
una película de cine convencional, al rebufo de la,
más elaborada de Carlos carrera, con producción
de Alfredo Ripstein (México) de 2002.




El fatalista
T
ítulo original: O fatalista
Año: 2005 PT/ FR

Director: Joao Botelho
Reparto: Rita Blanco , Suzana Borges , André Gomes , Patricia Guerreiro,
Rogério Samora , José Wallenstein
Productora: Paulo Branco/ Madragoa Filmes

Sinopsis

Se trata de una recreación contemporanea de Jacques, el fatalista de Denis Diderot.

Todo lo que de bueno o de malo nos suceda "aquí abajo", viene escrito de "allá arriba". Esta es la frase favorita de Tiago, chofer de profesión, para justificar todas las sorprendentes situaciones en las que se ve envuelto a lo largo de una delirante e interminable historia a través de un peculiar Portugal.


Joao Botelho
Nació en Lámego (Portugal) el 11 de Mayo de 1949. Estudió en la Escuela de Cine del Conservatorio Nacional y en la Universidad de Coimbra Ingeniería mecánica. Ha ejercido como director del CITAC (Círculo de Iniciación al Teatro de la Académica de Coimbra) y como crítico de cine en numerosas publicaciones como La Gaceta de la Semana y M, de la que fue fundador. Su primer trabajo fue un documental titulado Un proyecto de educación popular, en 1976 y su primer largometraje, de 1980, Conversación acabada. Desde sus inicios como director hasta la actualidad ha realizado gran cantidad de documentales para televisión, así como cortometrajes de ficción para distintos medios. El fatalista es su último largometraje y fue nominado para el León de Oro del Festival de Cine de Venecia.





Lisboetas
Título original: Lisboetas
Nacionalidad: Portugal, 2004
Director: Sergio Tréfaut


Sinópsis
Lisboetas es un documental político sobre las riadas de inmigrantes que en los últimos años están transformando Portugal. Es el retrato de un momento único en el que el país y la ciudad entran en un proceso de cambio irreversible. Lisboetas es una película que rechaza el habitual tratamiento periodístico y trata la experiencia humana de los inmigrantes en la Gran Lisboa dsde un punto de vista cinematográfico. Lisboetas es una ventana secreta sobre las nuevas realidades: modos de vida, mercado
de trabajo, derechos, cultos religiosos, identidades. Es un viaje a una ciudad desconocida, a lugares a los que nunca fuimos y que, sin embargo, existen.
La película es un retrato por dentro que otorga la palabra a los recien llegados. No es una película dogmática. Lisboetas es una película que incomoda y que deja muchas preguntas en el aire.



Outro País / Otro País
Sérgio Tréfaut. Documental, 1998, 60min
Decenas de cineastas, fotógrafos y periodistas, provenientes de las cuatro esquinas del mundo, se encontraron envueltos en La Revolución de los Claveles (25 de Abril de 1974). Estos extranjeros no solo retienen impactantes recuerdos de esos días sino que además poseen material de archivo precioso para los portugueses. En una serie de entrevistas a estos viajeros, observamos su antiguo entusiasmo con la mirada contemporánea. El documental de Sérgio Tréfaut sigue estos mismos autores para retratar el estado presente del país y reencontrar los personajes fotografiados y filmados en 1974/75.


Sérgio Tréfaut
Sérgio Tréfaut nació en 1965 en Sao Paulo, Brasil, hijo de padre portugués y madre francesa. Tras cursar filosofía en la Sorbonne y una corta experiencia como periodista, pasó a dedicarse por entero a la producción y realización de películas.

Sus primeros trabajos como director son:

Lisboetas -60’ (tv) / 100’ (cine)
Prémio Melhor Filme Português – Festival IndieLisboa 2004 (largometraje de ficción),co-producción Portugal (ICAM-RTP), Francia, España.

Novos Lisboetas (instalación documental)
Exhibición el Parc de La Villette (Paris) entre Oct. de 2003 e Enero de 2004

Fleurette "FR"/ "PT" (Mejor montaje) – Doclisboa 2002
Joris Ivens Competition IDFA – Amsterdam "PT"
Quincena de Realizadores del MOMA – New York "PT" "EN-GB"
Top of the Docs - Estocolmo "PT"
Otros festivales : It’s all true (Brasil), Infinity Festival (Italia), Silverdocs (EUA) ;Rencontres du Documentaire de Montréal (Canada), etc.
Distribución comercial en 7 países (Alemanha, Holanda, Áustria, Reino Unido, Espanha, Eslováquia, França) y 180 salas de cine "PT"

Outro País - 70’, (1999)-
Prémio Melhor Documentário Português, 1999 "EN-GB"
Golden Gate Award San Francisco Film Festival Certificate of Merit "PT"
Difusión TV : : Portugal, Brasil, Espanha, Grécia, Cabo Verde, Angola
En el programa de las universidades de Harvard, Brown, Yale, George Washington; Universidade Nova, ICS, ISCTE.




Diarios de Bosnia
Título original: Diàrios da Bosnia
Nacionalidad: Portugal, 2005
Director: Joaquim Sapinho
Intérpretes:
Duración: 77'
Producción: Rosa Filmes

Sinopsis

Se trata de un Documental sobre la Bosnia de la post-guerra. Tras dos recientes perspectivas femeninas sobre la guerra de los Balcanes y sus consecuencias - La vida secreta de las palabras de Isabel Coixet y la ganadora del Oso de Oro del último Festival de Berlín, Grbavica de Jamila Zbanic - el último proyecto de Sapinho, Diários da Bósnia, propone un viaje hacia las memorias del directo
r que, en 1996 y 1998, se fue a Bosnia, donde filmó un país que intentaba curar sus heridas de guerra.


Joaquim Sapinho
Nació en Sabugal, Portugal en 1964. Estudió en la Escuela de Estudios Avanzados de Lisboa Dirección de Cine y Teatro. Inició su carrera realizando documentales para televisión, para dirigir en 1995 su primer metraje, Corte de Cabelo y en 2000 el segundo, Police Woman.
"Diarios de Bosnia es literalmente un álbum de fotos como un álbum de familia, pero tiene un objetivo distinto del típico álbum de familia, donde sólo nos quedamos con las fotos bonitas y con las cosas bonitas que nos han pasado, al mismo tiempo que censuramos todo lo que nos gustaría rechazar en nuestro pasado. Fue como si yo quisiera hacer un álbum con todo lo que se quiere olvidar", explica Sapinho . Pero filmar el legado de la destrucción de una guerra y los intentos de reconstrucción de un país no fue una tarea fácil. Había que encontrar el tono correcto: "No quería ser ni el juez, ni el policía, ni el historiador… solamente iba a relatar lo que había visto e intentar concentrarme en los pequeños cambios de perspectiva, más que tener un enfoque absoluto y sistemático sobre lo que había pasado allí."
Diarios de Bosnia tiene una estructura que rechaza el orden cronológico habitual, el documental mezcla imágenes en flashback de los dos viajes con notas leídas por el director. El largo proceso de montaje de la película "fue como un tercer viaje en el cual tuve que descubrir un país que no era Bosnia, sino 'mi' Bosnia. Por eso la película está narrada en primera persona y se llama Diarios", explicó el cineasta. Diários da Bósnia construye también puentes hacia los recuerdos de los espectadores: "la gente también tiene su propia memoria, y se acuerda de las imágines que ha visto en los media. Es como si esos dos tipos de imágenes les permitieran crear sus imágenes personales y montarlas como en una película, crear su propia narrativa", afirma el cineasta.



Alice
Título original: Alice
Nacionalidad: Portugal, 2005
Director: Marco Martins
Intérpretes: Nuno Lopes, Breatriz Batarda, Miguel Guilherme, Ana Bustorff, Laura Soveral.
Duración: 105'
Producción: Clap Filmes


Sinopsis
Han pasado 193 días desde que Alice fue vista por última vez. Todos los días Mario, su padre, sale de su casa y repíte el último recorrido que hizo su hija el día que desapareció. La obsesión por encontrarla le lleva a instalar unas cámaras de televisión para seguir los movimientos en la calle. En medio de tantos rostros y de la multitud anónima, Mario busca una pista, una señal...


Marco Martins
Nació en 1972. Se formó en la Escuela Superior de Teatro y Cine. En 1994 amplió estudios en EE.UU. Ha trabajado como meritorio de producción con Win Wenders, Manoel de Oliveira, Bertrand Tavernier. Y durante dos años trabajó como ayudante de dirección de Joao Canijo.
Tras dirigir numerosos cortos y spots publicitarios, Alice es su primer largometraje.




Espejo mágico
Título original: Espelho mágico
Director: Manoel de Oliveira

Año: 2005
Guión: Manoel de Oliveira (Novela: Agustina Bessa-Luís)
Reparto: Ricardo Trepa, Leonor Silveira, Luís Miguel Cintra,
Duarte de Almeida, Leonor
Baldaque, Marisa Paredes,
Michel Piccoli, Lima Duarte, Isabel Ruth, Susana Sá, Glória de Matos


Sinopsis
Luciano, sale de prisión y es llevado por su hermano, Flórido, a casa de Alfreda, donde trabajará como sirviente. Alfreda le dice que su mayor deseo es que se le aparezca la virgen, lo que deja a Luciano admirado. Además de todo, ahora la rica señora viene con sus pretensiones sublimes. ¿No le bastaba con tener un Aston Martin y un Jaguar aparcado a la puerta de casa, ni tener diez vestidos para cada estación? Todo fue culpa del profesor Heschel, o de quien fuera… Ir más allá de la promesa sería una herejía. Alfreda dijo que no descansaría mientras no viera a Maria y le hiciera unas cuantas preguntas. Filipe Quinta, el Falsificador, afirma tener la solución. Sin embargo, Bahia, su marido, escuchaba música…




Juventud en marcha
Título original: Juventude em marcha

Nacionalidad: Portugal, FR/CH Año: 2004
Director: Pedro Costa

Duración: 140'
Guión: Pedro Costa
Reparto: Maria do Céu Barbosa, Mario Ventura Medina
Montaje: Pedro Marques, Pedro Costa
Productor: Pedro Costa, Philippe Avril, Francisco Villa-Lobos
Producción: Contracosta Produções, Les Films de l'étranger (FR), Unlimited (FR),
Ventura Film (CH), RTP (PT), RTSI (CH), Arte France.


Sinopsis

El barrio de Cabo Verde de Fontainhas,
en las afueras de Lisboa, está
viviendo sus últimos días.
La mayor parte de los 9.000 habitantes
van a ser alojados en nuevos inmuebles,
más al norte. Clotilde, que recuerda el mar
de Cabo Verde y los tiburones que nadaban
con ella, decide dejar a su marido,
Ventura, a los 75 años. Éste, albañil,
ha perdido un poco la cabeza desde el día
cuando se cayó de unos andamios.
Ventura se empeña en no cambiar
nada para que todo sea distinto.
Piensa que su vejez podría ser su juventud.


Pedro Costa
Nacido en Lisboa en diciembre de 1959, abandona sus estudios de Historia en la Universidad de Lisboa para acudir como alumno a los cursos impartidos por el poeta y cineasta António Reis en la Escuela Superior de Cinematografía. Realizador de ocho películas desde 1984: “É tudo invençao nossa” (1984) (cortometraje),
“Cartas a Júlia” (1987) (cortometraje), “O sangue” (1990), “La casa de Lava” (1995) (premiada en el Entrevues Film Festival), “Ossos” (1997) (premiada en el Entrevues Film Festival, en los Globos de Oro de Portugal y en el Festival Internacional de Cine de Venecia), “No quarto da Vanda” (2000) (premiada en los Festivales Internacionales de Cannes, Locarno y Yamagata), “Où gît votre sourire enfoui?” (2002) y “Juventude em marcha” (2003).
E
s también autor en 2003 de una videoinstalación de 120 min. de duración (DVD. 60 min. x 2 monitores) realizada con materiales procedentes del montaje de “No quarto da Vanda,”, una obra que se ha presentado en el Museo Witte de With de Rotterdam, en el Paço das Artes de Sao Paulo, en la Viennale de Viena, en Vila do Conde, Portugal, dentro de la sección “Work in progress”, y ahora en el Museo de Bellas Artes de Bilbao como complemento a las dos sesiones especiales que ZINEBI le dedica en esta edición. Además, a lo largo de su carrera, ha trabajado como director de segunda unidad, ayudante de dirección (con João Botelho), guionista y productor. Ha sido miembro del Jurado Internacional del Festival de Vila do Conde en 1994 y este año forma parte del Jurado Internacional que deberá entregar el premio ZINEBIDOK al mejor largometraje documental en la 45 edición de ZINEBI. Pedro Costa, quien compitió por la Palma de Oro en el 59 Festival de Cannes con "Juventude em marcha", considera la película como "una especie de acrobacia". Trata sobre la vida y la muerte, con actores que estaban naciendo mientras se rodaba la película". "Es una película sobre la fidelidad" y "sobre padres e hijos", protagonizada por "un fantasma, un hombre atrapado por el pasado". La película de Costa , a caballo entre el género documental y el experimental, se rodó con un equipo mínimo de personas durante quince meses en la capital lusa, en especial en el barrio de Fontainhas, gran parte del cual ha sido demolido y sus vecinos trasladados a otros lugares.



Manô/ Manó
Título original: Manô/ Manó
Nacionalidad: Portugal, 2005
Dirección: George Felner
Género: Comedia/ Ficción
Intérpretes: George Felner, Adelaide Sousa,
Diogo Infante, Canto e Castro, Marco d´Almeida
Premios: Premio do público no Festival Internacional de Cine de Funchal


Sinopsis
Un grupo de obreros se encuentra trabajando en las tareas de demolición de un antiguo estudio de cine. Algunos de los trabajadores queman bobinas de películas antiguas , a las que no les dan ningún valor. Mário Cecílio (Manó, para los amigos), un oscuro y anónimo personaje de la comedia popular de los años 20, no sólo escapa a la destrucción sino que se materializa en el mundo real en forma de imagen en blanco y negro. Ahora tendra que sobrevivir en la Lisboa actual del siglo XXI.


Crítica

Hay películas de las que cuesta trabajo hablar mal, porque en la distancia denotan el cariño de
las buenas intenciones con que fue hecha, aunque el resultado no haya sido tan bueno.
Es el caso de “Manó”, película realizada por alguien que trasmite un amor evidente por el cine, pero que no demuestra una gran habilidad para hacerlo. Manó es un personaje olvidado del cine mudo portugués, cuyas películas no soportaron el paso del tiempo y de las que ni las enciclopedias más exhaustivas recuerdan, pero que súbitamente se materializa en la Lisboa de nuestros días. Donde es recogido por una excéntrica fotógrafa que decide rescatarlo del olvido.

El truco consiste en que Manó es una presencia de carne y hueso pero en blanco y negro, en medio del mundo contemporáneo. Manó se mantiene mudo, como el cine del que proviene, durante toda la historia y su imagen en blanco y negro contrasta con el color del resto de la fotografía de la película, en un cuidado proceso de trucaje digital, que se significa como el único elemento a destacar de toda la película y que sugiere algunos buenos “gags” insuficientemente aprovechados.
La idea de base, ya utilizada por Woody Allen en “La rosa púrpura de El Cairo”, es excelente. Pero es una idea a la cual el publicitario George Felner, francés que trabaja en Portugal desde hace unos cuantos años (también actor en la película de Fernando Fragata, “Pesadelo cor de rosa”) y que acumula las tareas de dirección, guión, montaje e interpretación del personaje principal –quizá por eso no hable- , no hace justicia alguna.
El guión es, como mínimo, se pierde por recovecos narrativos que nunca trata de explicar, dejando constantemente cuestiones en el aire que el espectador no consigue desvelar.
Así, nunca llegaremos a saber de qué edificio es ese que va a ser demolido donde Manó aparece por primera vez; cómo descubre Zach la casa de la fotógrafa; Cómo es posible que el bibliotecario de 60 años recuerde las películas mudas y a sus personajes, cuando ya en su infancia esas películas tenían más de veinte años de rodadas.

La dirección sigue casi siempre un ritmo televisivo y es en ocasiones desastrosa, si bien cuando homenajea el tono burlesco del cine mudo, tiene momentos inesperadamente consistentes. El resto da la sensación de ser accesorio: los personajes no existen, limitándose a meros esbozos mal dibujados, inacabados y que reproducen los estereotipos televisivos; las relaciones entre ellos parecen sacadas de un manual de telenovelas –aquí cabe preguntarse qué hacen los actores en el filme Diogo Infante y el fallecido Canto e Castro- a excepción del desarrollo del personaje de Manó, paradójicamente el personaje más sólido de la película, interpretado con sorprendente desenvoltura y gestualmente sin exageraciones por el propio George Felner.

Un enorme deseo de hacer cine no basta para hacer una buena película, por muy simpática original que sea. Y si Manó tiene la idea, la voluntad y las buenas intenciones, le falta, por desgracia, todo lo que sería deseable en una buena película.

Jorge Mourinha
Traducción: ErreKa